martes, 17 de abril de 2007

TODOS SOMOS EL MEDIO

El lector también tiene derecho a cambiarle los papeles en la comunicación al emisor y a entrar a formar parte él del mensaje de esa comunicación. Esto no es nuevo, pues antes de la llegada de internet ya exisitía la posibilidad de escribir cartas al lector, por ejemplo, pero sí que es verdad que en poco tiempo el fenómeno de la interactividad se ha extendido gracias a la red, que facilita no sólo que el usuario participe de la comunicaciòn directamente, sino también que lo haga de manera inmediata.
El lector de hoy es impaciente. Quiere lo que quiere cómo y cuándo lo quiere. La interactividad responde, en parte, a sus exigencias. Deja que los lectores opinen acerca de la información aportada por el medio, ya sea en forma de encuesta ya sea más a modo "foro", donde cada uno puede expresar sus ideas sin ningún tipo de limitación.
Además de impaciente, el lector de hoy es ambicioso. Espera informarse de mucho en poco tiempo y, encima, pretende enterarse. Este problema lo soluciona (a veces) el hipertexto, que permite enlazar informaciones entre ellas para aclarar a la persona que se pierde o que, por gusto, recurre a una fuente de información complementaria. El hipertexto, sin embargo, no es la única manera de enterarnos a tiempo de lo que ocurre y, sobre todo, del contexto en el que se enmarca la noticia (antecedentes, causas, consecuencias...). Existen también los demás usuarios, quienes sí que podrán aportar una opinión mientras que, a su vez, amplian nuestros puntos de vista y favorecen nuestro conocimiento respecto de la realidad, realidad que luego nosotros tendremos que contrastar.